"Brasileños, hombres jóvenes, muchos de ellos travestis y de buen ver. Ése era el perfil de las víctimas de la primera red de explotación sexual masculina desmantelada por la Policía en España, que actuaba exactamente igual que una organización de “trata de blancas”. Servicios sin horario, 24 horas a disposición de los proxenetas que surtían a los chicos de cocaína, hachís, viagra y “popper” para que aguantaran el infernal ritmo.