Además de los hábitos de alto riesgo de los hombres, un factor que hace aún más vulnerables a sus esposas es que creen estar en un grupo de bajo riesgo ya que solo mantienen relaciones sexuales con sus maridos. El estudio de ONUSIDA, sin embargo, indica que aproximadamente 75 millones de hombres asiáticos acuden a servicios de prostitución, y la mayoría están casados.