Los dermatólogos también deben estar atentos a los marcadores de VIH para contribuir a la detección precoz | ACCESO.COM

El VIH puede encontrarse detrás de ciertas enfermedades que, en principio, no parecen asociadas al él, y también puede acentuar la progresión de otras. Es el caso de las enfermedades diagnosticadas en las consultas de dermatología y venereología. “Sin embargo, muchos dermatólogos no diagnostican a los pacientes con VIH que pasan por sus consultas sencillamente porque no solicitan la prueba”, indica el doctor Jorge Del Romero Guerrero, director del Centro Sanitario Sandoval, de la Comunidad de Madrid, una clínica de referencia para las infecciones de transmisión sexual en nuestro país, y miembro la Plataforma VIH en España.

Casi todas las infecciones de transmisión sexual (ITS), especialmente las ulcerativas como la sífilis, el herpes genital y el linfogranuloma venéreo se relacionan con una mayor prevalencia del VIH. Sólo en el Centro Sandoval, la prevalencia de infección por el VIH en pacientes diagnosticados de sífilis, gonococia o chlamydia era del 25%, 20% y 17% respectivamente.

En personas infectadas por el Virus del Papiloma Humano (VPH), el VIH acentúa la probabilidad de que se desarrolle con mayor frecuencia y rapidez el cáncer de cuello uterino, en el caso de las mujeres; o el cáncer anal, en el caso de los hombres. Alrededor del 20-25% de de las personas que acuden a la consultas de dermatología y venereología por sífilis y gonococia tienen también VIH. Otros procesos dermatológicos que pueden sugerir la presencia de una infección subyacente, son la leucoplasia oral vellosa, la candidiasis oral recurrente, el herpes zóster multimetamérico o el sarcoma de Kaposi.