"!Esto es hoy una victoria para los que están contra Francia, para los enemigos de la familia y los obsesionados por el sexo!. Pero que éstos últimos estén seguros: ganaron una batalla pero no ganarán jamás la guerra que han declarado a Francia, hija primogénita de la Iglesia", había declarado el edil un comunicado.
"No podía soportar que ese preservativo quedase allí a la vista y paciencia de todo el mundo y sobre todo de los niños que pasan por allí. Es un atentado a las buenas costumbres", había declarado a AFP antes del juicio.
Anunciando su intención de volver a hacerlo si la municipalidad "reiteraba tal provocación", el edil apeló a "la justicia divina" que "castigará los que me condenaron".