Michael Douglas: "Sufría dolores terribles, pero los médicos me decían que no era nada... ¡y tenía cáncer de nivel cuatro!"

«Cameron sufre un problema crónico de adicción desde que tenía 13 años explica sombrío. A esa edad lo expulsaron de la escuela por vender marihuana. Es un chaval estupendo y con mucho talento al que quiero con locura, pero, cuando hace ocho años se enganchó a la heroína, la situación se volvió imposible. Se chutaba hasta siete veces al día. Yo sabía lo que pasaba. Cameron tenía una pequeña asignación mensual para sus gastos normales, pero no le alcanzaba para inyectarse tanto. La adicción le estaba costando unos cinco mil dólares por semana y, para pagarse el hábito, empezó a traficar con cristal, la droga más asquerosa que hay. Por entonces ya estaba siendo investigado por la DEA. Los agentes finalmente lo detuvieron en una redada antidroga. Le dieron a escoger entre una condena de diez años o cooperar en la investigación. Lo primero que hizo fue llamarme y pedirme la opinión. Le dije que lo mejor era que cooperase. Eso de dar nombres está muy mal visto en el mundo de la droga, pero todos terminan por hablar. Es mejor que ir a la cárcel».
A partir de ese momento, la historia de Cameron se torna en pesadilla. Sometido a arresto domiciliario, hizo que su novia le trajera heroína, que resultó confiscada. Antes del juicio, uno de sus abogados le pasó de matute un frasco con Xanax, un fuerte sedante con el que se estaba automedicando. Estas dos faltas redundaron en su contra y fue condenado a cinco años de reclusión en una prisión federal en Pensilvania. Cuando iba a someterse a un programa de desintoxicación, tuvo una recaída. En una muestra de su orina encontraron restos de opiáceos, y la Policía le confiscó Suboxone, otro medicamento muy fuerte. El juez fue implacable y agregó cuatro años y medio a su condena. Considerado un preso difícil, fue recluido en confinamiento solitario durante once meses, y sus familiares tuvieron prohibido visitarlo durante dos años. «De ser un padre muy decepcionado pero que quería mucho a su hijo, he pasado a considerar que la justicia no es igual para todos. No estoy defendiendo que Cameron se drogue o trafique, pero creo que su apellido hizo que los jueces quisieran hacer un escarmiento público». El actor hace una pausa. «En su momento tuve ganas de estrangularlo. Cuando tuvo esa recaída, faltaban solo dos semanas para que empezara el programa de desintoxicación. Pero quien lleva años chutándose termina desquiciado por completo».
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