El sexo es el opio de los pueblos. La célebre frase de Marx, que mencionaba en realidad a la religión, puede referirse hoy tranquilamente al eros, la verdadera droga de las masas en la actualidad, una modalidad colectiva de aturdimiento de las conciencias, de seducción generalizada', decía hace algunos años el filósofo italiano Massimo Borghesi al realizar un análisis de la realidad contemporánea.
Y quizás esta reflexión ayude a comprender el temor que se tiene de proponer la abstinencia como mecanismo de prevención, como si la persona se redujera a la pura instintividad, y fuera imposible apelar a su razón. Por lo menos habría que proponer; así como para luchar contra el vicio al tabaco se plantea en forma directa no fumar. Al final de cuentas, lo que está en juego es la salud, es la vida.