"Lo que tenga que pagar va a ser poco". Eva María S. R. lo tenía claro antes del juicio ayer contra su ex marido, Rodrigo Muñoz. Ayer se enfrentaba a 20 años de cárcel por contagiar el sida a la mujer y a la niña que tuvieron juntos, al no usar protección sabiendo que era portador del Virus de Inmunodeficencia Humana (VIH).
Su abogado, Rafael Villa, pidió su libre absolución. Según su defensa, Rodrigo mantuvo en el juicio, celebrado a puerta cerrada, que el contagio de la enfermedad no fue deliberado y que, además, no hay pruebas que demuestren que fuera el transmisor.
Rodrigo y Eva María comenzaron su relación en 1996, dos años después de que él contrajera la enfermedad. Cuando ella le preguntaba por las pastillas que tomaba, Rodrigo respondía que era un problema de páncreas.
En 1997 nacía la hija de ambos. A los tres meses de edad la niña caía enferma. Los médicos determinaron que tenía sida. La madre, portadora del virus, se lo había contagiado. La enfermedad les obliga a tomar entre ocho y 10 pastillas diarias, según explicó ayer su abogada, María José Morell.
