La sombra de la heroína . Diario de Noticias de Navarra

La droga hizo estragos entre muchos jóvenes en la década de los ochenta. En particular, el elevado consumo de heroína, unido al desconocimiento del mortal efecto que tendría el intercambio de jeringuillas en el contagio de enfermedades como la hepatitis y el sida, asoló a una generación a la que, posiblemente, se le fue la mano en su sentido hedonista de la vida y le faltó también información sobre los fatales efectos de la sustancia que estaban consumiendo.

Tampoco es descartable la teoría de que en aquellos tiempos en los que muchos jóvenes reclamaban unos cambios sociales, culturales y políticos más veloces del ritmo impuesto a los acontecimientos, la heroína circuló con cierta permisividad por su efecto de encadenador de dependencia y de adormecedor de conciencias. Como una plaga, la heroína penetró en círculos de amigos, condujo a muchos a la marginalidad y terminó matando a cuadrillas enteras, bien por contagios que pasaron factura a largo plazo, bien por paros cardíacos producidos tras inyectarse la dosis.