El Sida, síndrome de inmuno deficiencia del comportamiento

El SIDA es una pandemia que compromete la vida de toda la humanidad, sin distinción de raza, sexo, hábitat y edad.

El número de infectados ha aumentado de 8 millones en 1990 a 33 millones para fines del 2007 según informe oficial de UNAIDS/ WHO del 2008, de los cuales el 67% vive en el África subsahariana.

Camerún primer país que visitó Benedicto XVI en este último viaje, forma parte de esta región y me pregunto entonces con qué derecho se ha descalificado la afirmación de una verdad científicamente confirmada.

La pasmosa distribución y en ocasiones imposición grotesca de los beneficios del sexo seguro frente a las enfermedades de transmisión sexual, han aumentado las mismas en función exponencial y han reactivado otras como la tuberculosis.

Si mueren más de 2 millones de personas por año de SIDA, si las familias se desintegran, si la orfandad crea monstruos, si la pobreza es madre del robo, de la drogadicción y del suicidio de nuestra juventud, cómo no va Su Santidad a alertar, insistir y orientar acerca de la recta conducta a seguir.

Los medios de comunicación en general y alguna publicación científica en particular, como: The Lancet con una equívoca editorial aparecida en su número (2009,373(9669):1054. "¿Redemption Camerún?" se han permitido cuestionar esta verdad. No es la primera vez que esto ocurre.

Recordemos que para corregir el curso evolutivo de la pandemia del HIV/SIDA continúa vigente la definición que del mismo hiciera Juan Pablo II:" El Sida es un síndrome de inmuno deficiencia del comportamiento".

Sólo si insistimos como lo hizo Uganda en educar en valores como la castidad y la fidelidad podremos corregir el curso de esta dramática historia.