Las manos de Jesucristo lo curaron del VIH-SIDA

“Dos años después volví al Seguro Social por una gripe que me había pegado, y curiosamente me atendió el mismo médico que me había diagnosticado Sida y se me quedó viendo sorprendido y me preguntó ¿Muchacho no te has muerto? Y mandó a llamar a unos colegas para comentarles que todo esto era muy extraño y me practicó un nuevo examen, pero resultó negativo y muy asustado me dijo “yo creo que Dios sana, yo creo que Jesús murió por nosotros y resucitó por nosotros y al vencer la muerte, venció también las enfermedades”.