La ignorancia de la sociedad impide que se frene la epidemia, Antonio Antela

El VIH se convirtió en una enfermedad crónica, no exenta de graves efectos secundarios, como la mayor tendencia a infartos de miocardio y osteoporosis en los afectados; y un problema de redistribución de las grasas del cuerpo llamado lipodistrofia. España fue, además, un país donde la epidemia se extendió fundamentalmente a través del intercambio de jeringuillas infectadas, lo que ha propiciado con los años la detección de graves problemas de salud, como la hepatitis C. Frente a este panorama, la aparición de una medicación eficaz ha propiciado que se extienda la falsa creencia de que ésta es una patología superada y fácilmente tratable con medicación, un fenómeno que se ha dado especialmente entre las nuevas generaciones y las personas que han vivido al margen de la enfermedad.