
Los cementerios son testigos silenciosos del cambio explosivo que el SIDA ha causado en la sociedad de Botswana: en la última década, la esperanza de vida ha bajado en picado, de 65 años a apenas 39. Las inscripciones en las lápidas son una sombría advertencia: Nacido en 2004. Muerto en 2004.
Botswana lucha contrarreloj para salvar a sus niños de una muerte prematura. Es una advertencia para que otros países inviertan en la generación futura antes de quedarse totalmente sin futuro.
Botswana lucha contrarreloj para salvar a sus niños de una muerte prematura. Es una advertencia para que otros países inviertan en la generación futura antes de quedarse totalmente sin futuro.