El primer análisis químico científico del paco, concluido en la Universidad de Buenos Aires hace apenas unas semanas, reveló 'la fórmula letal': cada dosis, de apenas 0,01 a 0,03 gramos, contiene una base de alcaloide de cocaína mezclado con anfetaminas, bencina, ácidos y hasta malatión, un veneno para ratas.
Una droga barata que no es más que el desecho en la elaboración de la cocaína, aunque la cuestión del precio es asunto engañoso. Como el efecto dura apenas unos minutos, los adictos llegan a administrarse unas 20 dosis diarias, o hasta 70 si lo combinan con alcohol. Lo que representa, al final de una sesión de 'fumatas', un gasto de unos US$140.
Con un efecto de euforia que se hace cada vez más efímero conforme aumenta el consumo, la pasta base tiene alto poder adictivo.
Al ser una sustancia que se calienta y se fuma, desde los pulmones con millones de terminales sanguíneas se genera una llegada rápida al cerebro.
La droga deja una huella inmediata en el cuerpo adicto: delgadez extrema, quemaduras en manos y labios por encender pipas y cigarros, problemas respiratorios y severas secuelas neurológicas.
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