Los reclusos zambios sufren de malnutrición, hacinamiento, escasos cuidados médicos, y el riesgo de ser torturados y violados.
"Además, niños, mujeres embarazadas y presos preventivos son sometidos a un trato brutal, y se enfrentan a serios riesgos de contagiarse de tuberculosis y sida", indica el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth.
Conforme a los datos de HRW, un tercio de los presos de las cárceles zambias están a la espera de juicio, lo que propicia tal hacinamiento en las celdas que los reclusos no pueden tumbarse en el suelo para dormir o deben turnarse para ello.
La comida que proporciona el Gobierno en muchos casos es tan escasa que algunos de los presos ofrecen sexo a cambio de conseguir los alimentos.
Además, tan sólo 15 de las 86 prisiones de Zambia cuentan con servicios médicos, a pesar de que el 27 por ciento de los reclusos está infectado de sida.
En este sentido, el informé indica que hay 14 enfermeros en las prisiones de todo el país para atender a 15.300 presos.
